¿Cuáles serán las repercusiones de esta nueva normativa para los miles de transportistas, tanto latinos como extranjeros, en Estados Unidos? La respuesta es más compleja de lo que parece…
El regreso de la barrera lingüística: Trump implementa examen obligatorio de inglés para camioneros
Donald Trump ha reavivado un tema controversial en el ámbito del transporte. En una medida que ha suscitado numerosas reacciones, el expresidente —actualmente una figura influyente en la política estadounidense— ha reinstaurado la obligación de realizar pruebas de inglés para todos los conductores de camiones que operen en el país. Esta decisión revierte la flexibilización normativa que Barack Obama había establecido en 2016, permitiendo que conductores no angloparlantes mantuvieran sus empleos bajo ciertas condiciones.
De acuerdo con el nuevo decreto, cualquier conductor que no logre aprobar esta prueba escrita de inglés podría perder su trabajo de manera inmediata, sin tener en cuenta su experiencia o historial de conducción.
Razones detrás del regreso de esta normativa
La justificación oficial del gobierno de Trump es contundente: seguridad en las vías. Desde su punto de vista, un conductor que no comprende el inglés representa un peligro tanto para sí mismo como para los demás. En este sentido, el Departamento de Transporte, bajo la dirección de Sean P. Duffy, defendió la normativa argumentando que es una “medida de sentido común que nunca debió haberse revocado”.
Este tipo de regulaciones no son novedosas. Desde 2001, se requería que los conductores pudieran leer y escribir en inglés, lo necesario para entender señales, interactuar con autoridades y completar documentos. Sin embargo, en 2016, con el cambio de administración, Obama suavizó la implementación de esta norma, permitiendo una aplicación más flexible que favorecía, especialmente, a los trabajadores inmigrantes.

Los latinos son un componente crucial en la infraestructura logística de Estados Unidos. Sin embargo, su futuro podría estar en peligro.
La industria del transporte de carga en Estados Unidos depende en gran medida de trabajadores inmigrantes, muchos de los cuales provienen de América Latina. Para miles de estos conductores, el inglés sigue siendo un obstáculo a superar, a pesar de que dominan su labor y tienen años —o incluso décadas— de experiencia.
Con esta disposición, los conductores que no tengan un dominio básico del inglés podrían ser descalificados de inmediato, sin considerar su trayectoria o un historial limpio de accidentes. Lo que está en juego no es solo la posibilidad de mantener un empleo, sino la estabilidad de familias enteras que dependen de esta actividad para su sustento.
Detalles de la nueva prueba de inglés
Aunque los requisitos específicos pueden variar según el estado, generalmente se espera que el conductor:
- Comprenda instrucciones básicas en inglés.
- Sea capaz de leer señales de tránsito.
- Complete reportes e informes escritos sin errores significativos.
- Se comunique con la policía o el personal fronterizo de manera clara.
- Apruebe un examen escrito obligatorio, sin opción a traducción o intérprete.
Y lo más relevante: esta prueba no es opcional. Todos los transportistas deberán cumplir con este nuevo requisito si desean renovar o mantener su licencia de conducir comercial.
Opiniones divididas: ¿medida de seguridad o discriminación encubierta?
Mientras que el gobierno afirma que se trata de un asunto de seguridad, muchos en el sector no lo comparten. La Alianza para la Seguridad de Vehículos Comerciales (CVSA) ya se había manifestado en contra de este tipo de pruebas, argumentando que “no hay evidencia concluyente de que el dominio del inglés mejore la seguridad vial”.
Los críticos argumentan que esta nueva normativa tiene un trasfondo político y xenófobo, y que es una forma encubierta de restringir el acceso de inmigrantes a ciertos trabajos esenciales. La retórica nacionalista de Trump refuerza esta percepción.
Un retroceso en integración y diversidad
La inclusión de trabajadores no angloparlantes ha sido fundamental en el crecimiento del sector logístico en las últimas décadas. Muchos de estos camioneros han sido el motor silencioso de la economía, especialmente durante la pandemia y las recientes crisis logísticas.
Con esta nueva regulación, se corre el riesgo de perder a miles de profesionales capacitados, simplemente por una barrera idiomática. ¿Estamos dispuestos a sacrificar la experiencia por cuestiones burocráticas?
Consecuencias en la industria del transporte: más allá de la política
Las repercusiones podrían ser inminentes. Según datos de la American Trucking Associations, Estados Unidos ya enfrenta una escasez de más de 80,000 conductores de camión. Esta brecha podría ampliarse si se implementan restricciones adicionales como el nuevo examen de inglés.
Además, los empleadores podrían enfrentar nuevos desafíos, tales como:
- Mayor rotación de personal.
- Aumento en los costos de capacitación lingüística.
- Pérdida de productividad durante los periodos de adaptación.

¿Existen opciones menos restrictivas?
Algunos especialistas sugieren alternativas más justas, tales como:
- Permitir el uso de intérpretes en situaciones no críticas.
- Proporcionar clases de inglés gratuitas a los transportistas.
- Evaluar el dominio del idioma de manera progresiva, sin revocar licencias de inmediato.
Estas propuestas podrían conciliar la necesidad de seguridad con la realidad del mercado laboral actual.
¿Qué sucederá si no hablas inglés y manejas un camión en EE.UU.?
Si un camionero no logra aprobar el examen de inglés requerido, de acuerdo con la nueva normativa de Donald Trump, podría perder su empleo de inmediato. La medida busca mejorar la seguridad en las vías y exige que todos los transportistas comprendan señales, se comuniquen con autoridades y completen formularios en inglés, sin ayuda externa.