¿Cómo es posible que un vehículo lanzado en 2025 logre la calificación más baja en seguridad? Los recientes resultados de Latin NCAP sobre el nuevo Citroën Basalt han dejado a muchos sorprendidos. En este artículo, te explicamos en detalle qué sucedió durante las pruebas, cuáles fueron las fallas más críticas identificadas por la organización y qué implica realmente recibir una calificación de cero estrellas.
Latin NCAP y su importancia en la seguridad automovilística
El Programa de Evaluación de Autos Nuevos para América Latina y el Caribe (Latin NCAP) ha emergido como un referente esencial para evaluar la seguridad de los vehículos en la región. Su misión es clara y directa: proporcionar a los consumidores información sobre cómo protege un modelo a sus ocupantes y peatones en caso de un accidente.
Cada año, Latin NCAP lleva a cabo diversas rondas de pruebas de choque que incluyen impactos frontales, laterales, de postes, así como evaluaciones sobre la protección de peatones y asistencia a la seguridad. Los resultados se expresan en un sistema de estrellas que va de cero a cinco, donde cinco representa la máxima seguridad alcanzable.

En su sexta ronda de pruebas de 2025, el foco de atención fue, lamentablemente, el Citroën Basalt, el nuevo SUV coupé de la marca francesa, que no logró cumplir ni con los estándares mínimos de seguridad.
Citroën Basalt cero estrellas: un resultado inquietante
El Citroën Basalt recibió una calificación de cero estrellas en seguridad según Latin NCAP, tras obtener puntuaciones muy bajas en la protección de ocupantes adultos, niños y peatones. La inestabilidad estructural y la carencia de sistemas avanzados de asistencia a la conducción fueron factores decisivos para esta calificación final.
El vehículo fue evaluado en base a una unidad producida en la planta de Porto Real (Brasil). Este modelo contaba con cuatro airbags y control electrónico de estabilidad (ESC) como equipamiento estándar. Sin embargo, sus deficiencias estructurales y la ausencia de tecnologías de seguridad activa y pasiva lo llevaron a ocupar el último lugar en el ranking.
Los porcentajes logrados por el Citroën Basalt fueron los siguientes:
- Protección de Ocupante Adulto: 39,37%
- Protección de Ocupante Infantil: 58,35%
- Protección de Peatones y Usuarios Vulnerables: 53,38%
- Asistencia a la Seguridad: 34,88%
A pesar de contar con algunos elementos de seguridad, los resultados fueron insuficientes para alcanzar una calificación superior. El resultado final: cero estrellas.
Inestabilidad estructural y fallas en los sistemas de retención
Uno de los hallazgos más alarmantes de Latin NCAP fue la inestabilidad estructural del habitáculo durante el impacto frontal. Esto indica que el espacio para los pasajeros no soportó adecuadamente las fuerzas del choque, poniendo en peligro la seguridad de los ocupantes.
Asimismo, se identificó un refuerzo estructural asimétrico: el lado del conductor contaba con una protección reforzada, mientras que el del pasajero carecía de este refuerzo en la parte inferior, lo que resultó en una deformación desigual. Este detalle técnico fue crucial para que el modelo obtuviera una calificación negativa.
Durante las pruebas, también se observó que el pretensor del cinturón de seguridad del asiento del pasajero delantero no funcionó adecuadamente, provocando una protección deficiente del pecho. En la evaluación de impacto lateral, el maniquí infantil de tres años golpeó su cabeza contra el interior del vehículo, obteniendo cero puntos en esa medición.

Falta de bolsas de aire de cortina y tecnologías ADAS
Otro aspecto crítico del Citroën Basalt fue la ausencia de airbags laterales para la cabeza y la falta de sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS). Estos sistemas, que incluyen alertas de colisión frontal, frenado automático de emergencia y asistencia para mantener el carril, son fundamentales para evitar accidentes.
Lo más preocupante es que ni siquiera se ofrecen como opcionales. En contraste, el modelo fabricado en India —según lo indicado por Latin NCAP— sí incluye seis airbags como equipamiento estándar, lo que resalta una notable diferencia en los estándares entre regiones.
Impacto lateral: una debilidad costosa
Latin NCAP decidió no realizar la prueba de impacto lateral contra poste, debido a que el Basalt no cuenta con protección lateral para la cabeza en ninguna de las filas. Por lo tanto, el SUV recibió cero puntos en esa categoría.
Esto demuestra que, en caso de un impacto lateral contra un poste o árbol, las cabezas de los ocupantes podrían sufrir lesiones severas. En una región donde los accidentes de este tipo son comunes, la falta de este tipo de protección representa un riesgo significativo.
Avisos de cinturón y protección infantil deficiente
El informe también subrayó fallas en el sistema de advertencia del cinturón de seguridad. El Basalt solo cuenta con una alerta para el conductor, y esta no cumple con los estándares técnicos establecidos por Latin NCAP, por lo que no sumó puntos.
En lo que respecta a los niños, aunque la protección general fue moderada, surgieron problemas con el anclaje de los sistemas de retención infantil (SRI) y con el contacto de la cabeza del maniquí durante el impacto lateral. Además, no cuenta con un interruptor para desactivar el airbag del pasajero, un elemento crucial para la seguridad de los más pequeños.
Comparativa: Hyundai Tucson y Citroën Basalt
En la misma ronda de pruebas, el Hyundai Tucson alcanzó cinco estrellas, lo que resalta la disparidad entre dos enfoques industriales diferentes. Hyundai optó por invertir en seguridad, incorporando más airbags, ESC y tecnologías ADAS, mientras que Stellantis (grupo al que pertenece Citroën) continúa ofreciendo niveles de protección inferiores para el mercado latinoamericano.
De acuerdo con Stephan Brodziak, presidente de la Comisión Directiva de Latin NCAP, esta discrepancia “refleja dos enfoques corporativos contrarios”. Mientras Hyundai ha elevado sus estándares en solo tres años, Stellantis mantiene políticas que “comprometen directamente la seguridad de quienes viajan en sus vehículos en América Latina”.
Una política de seguridad desigual
El informe también recordó que, desde 2020, diez modelos del grupo Stellantis han sido evaluados con resultados negativos. Entre ellos, el Fiat Cronos, el Peugeot 208 brasileño y ahora el Citroën Basalt, todos con estructuras inestables o carencia de equipamiento de seguridad avanzado.
Latin NCAP sostiene que los consumidores en América Latina merecen el mismo nivel de protección que los usuarios en Europa o India. Sin embargo, muchos fabricantes todavía ofrecen versiones simplificadas y menos seguras en los mercados emergentes.
El reto de la seguridad vehicular en América Latina
El caso del Citroën Basalt no es un hecho aislado. Refleja un problema estructural en la industria automotriz de la región: la falta de regulaciones obligatorias comparables a las de Europa o Asia. Mientras que en otros mercados los sistemas ADAS son estándar, en América Latina todavía se consideran un lujo.
El resultado de cero estrellas no solo afecta la imagen de Citroën, sino que también sirve como un llamado de atención a los gobiernos para exigir mayores niveles de seguridad en los vehículos nuevos.

Consecuencias en el mercado
El Citroën Basalt es uno de los lanzamientos más recientes de la marca, diseñado como un SUV coupé accesible en el segmento B. Sin embargo, este resultado podría minar la confianza del consumidor, especialmente en países como Brasil, Argentina o México, donde la seguridad está ganando cada vez más peso en las decisiones de compra.
Las redes sociales y foros automotrices ya reflejan la inquietud de los usuarios. Muchos comparan el Basalt con otros modelos del mismo grupo, cuestionando por qué las versiones vendidas en Europa ofrecen una protección superior en comparación con las destinadas a Latinoamérica.
¿Puede el Citroën Basalt mejorar su seguridad?
Es posible, pero requeriría una decisión clara por parte de la empresa. Incluir seis airbags, refuerzos estructurales simétricos y sistemas ADAS no solo mejoraría su puntuación en Latin NCAP, sino que también fortalecería la confianza en la marca.
El caso de Hyundai demuestra que es factible pasar de cero a cinco estrellas en un corto período, siempre que la seguridad se priorice por encima de los costos de producción.